Anabel Medina (Valencia, 1982) aguarda con enorme optimismo e ilusión el comienzo de 2018. Con la entrada del nuevo año, la valenciana asumirá la capitanía del equipo español de Copa Federación, cuyo objetivo será alcanzar el play-off de ascenso al Grupo Mundial (empezará contra Italia, en febrero).
Ésta no será su primera inclusión como entrenadora, puesto que hace hasta hace unos meses ayudaba en la preparación de la imberbe Ostapenko, a quién llevó a alzarse con el prestigioso torneo parisino de Roland Garros. Tampoco le será extraño ejercer como máximo responsable de un proyecto, ya que actualmente ejerce como directora del BBVA Open Ciudad de Valencia. Mientras se acerca el 2018 y paulatinamente cierra su etapa como tenista profesional (aún disputa algún torneo de dobles -es doble campeona de Roland Garros en esta modalidad- tras retirarse del circuito individual tras cosechar 11 títulos y ser número 16 del mundo), Anabel Medina atendió a la prensa durante la entrega de los Premios Maria de Villota, en cuya gala fue reconocida con el Premio Ciudad de la Raqueta en la categoría ‘Trayectoria Tenis’.
Ha estado, prácticamente, dos décadas como profesional, ¿Cuáles son las claves para permanecer tanto tiempo al máximo nivel?
La ilusión es la clave de todo. Luego hay que trabajar muy duro y tener objetivos realistas y a la vez ambiciosos. Pero es fundamental no perder nunca la ilusión. En mi caso, el tenis ha sido siempre mi pasión y puedo estar orgullosa de haber mantenido la ilusión en todo momento, incluso en momentos bajos.
¿Qué consejos daría a los jóvenes que comienzan en el tenis y sueñan con hacerse un nombre en un mundo tan exigente como es el tenis profesional?
Que nunca pierda la ilusión y que trabaje muy duro aunque no lleguen los resultados a corto plazo. También es fundamental rodearse de un buen equipo y de personas que sepan aconsejarte y guiarte bien para cumplir objetivos realistas. Sé que no descubro la pólvora con estos consejos, pero por experiencia puedo decir que son una base importante para triunfar. Y luego, no volverse loco. Hay jugadores que a lo mejor tienen la capacidad y el talento para ser el 80 o el 100 del mundo y hay jugadores que pueden ser el 10 o el 1. Lo importante es dar el máximo para llegar a cumplir esos objetivos. Si puedes ser el 100, no hay que conformarse con ser el 120.
De todo lo que ha conseguido en el tenis, ¿con qué se queda?
De mis comienzos me quedo sin duda con el Máster Nacional que gané en 2001, ya que para lograr el título tuve que derrotar a Arantxa y a Conchita en el mismo torneo. Eso supuso un impulso grande y fue un momento muy especial. Del resto de mi carrera he tenido muchos momentos emotivos, pero destaco por encima de todo la medalla olímpica de Beijing y luego los dos títulos de Roland Garros con Vivi (Ruano)
A lo largo de tu carrera ha sufrido lesiones importantes que han marcado su trayectoria, ¿cuál es el motor que le impulsa a seguir en una pista?
Yo quería jugar al tenis por encima de todo y siempre he tenido clarísimo que no quería que una lesión frenase mis sueños. Por eso siempre he conseguido levantarme y volver más fuerte. Aún sigo peleando con mi última lesión de hombro, que fue la que me hizo parar tras los JJOO de Río, pero sigo trabajando para recuperarme del todo.
El tenis es mi pasión y puedo estar orgullosa de haber mantenido la ilusión en todo momento, incluso en momentos bajos. Siempre he tenido clarísimo que no quería que una lesión frenase mis sueños. Por eso siempre he conseguido levantarme y volver más fuerte.
Su labor ‘fuera de las pistas’ está siendo muy potente. Usted es directora del BBVA Open Ciudad de Valencia, entrenadora de Ostapenko y ahora capitana del equipo español de Copa Federación. ¿Cómo es la transición de jugadora a desempeñar responsabilidades tan importantes y tan diferentes entre sí?
En mi caso, esta transición ha sido muy rápida y algo atípica, ¡no he tenido tiempo ni para retirarme del tenis como jugadora! Ser entrenadora me ha salido natural y creo que ha sido gracias a todo lo que he aprendido de Gonzalo López, mi entrenador de toda la vida al que siempre estaré eternamente agradecido por lo que me ha enseñado en el tenis y por los valores que me ha inculcado como persona. Con el tema del torneo, la verdad es que no me ha costado adaptarme, ya que en el Club de Tenis Valencia hay un gran equipo que me ayuda a sacar adelante el BBVA Open Ciudad de Valencia. Es verdad que ser Directora de un torneo te exige cosas a las que no estaba acostumbrada (reuniones con patrocinadores, actos, etcétera) pero creo que me he adaptado bien.
¿Cuáles fueron los momentos clave de la victoria de Ostapenko en París? ¿Cuándo se dio usted cuenta de que lo imposible podía ser posible?
Fue un torneo muy emocionante, la verdad. Cada triunfo era como ganar una final. Aunque nadie se esperaba lo que hizo Aljona, cuando se metió en las ‘semis’ me di cuenta de que podía ganar. La victoria ante Halep, con esa gran remontada, ha sido uno de los momentos más felices de los últimos años. Guardaré siempre con mucho cariño el trofeo que me dio Roland Garros por haber sido la entrenadora de la campeona.
Como directora del BBVA Open Ciudad de Valencia, ¿cuál es tu opinión sobre el momento que pasa el Circuito ITF en España?
Creo que ahora hay muchos más torneos de la época en la que yo jugaba el circuito ITF, pero creo que necesitamos seguir creciendo para lograr torneos con una mayor dotación económica. Creo que hay una gran diferencia entre los torneos de 25.000 $ y eventos tan grandes como el Mallorca Open y el Mutua Madrid Open. Pero se está trabajando bien y por el buen camino para lograrlo.
Siempre has dicho que a España no se la puede decir que no. ¿Qué supone para usted asumir el cargo de capitana del equipo de Copa Federación?
La palabra ilusión se queda corta. Es verdad que tenía entre manos un proyecto ambicioso como el de Ostapenko, pero en cuanto me ofrecieron la posibilidad de la Capitanía ni lo dudé. Es cumplir un sueño. Pero ahora quiero seguir soñando más para estar a la altura y cumplir los objetivos.
Tenía entre manos un proyecto ambicioso como el de Ostapenko, pero en cuanto me ofrecieron la posibilidad de la Capitanía ni lo dudé. Es cumplir un sueño. Pero ahora quiero seguir soñando más para estar a la altura y cumplir los objetivos..
¿Qué retos se marca en un puesto en el que se exigen resultados en momentos muy puntuales del año?
El objetivo a corto plazo es ganar en Italia en febrero y luego luchar por ascender al Grupo Mundial en abril. Lógicamente, el objetivo de un país como España tiene que ser el de ganar el título, pero vamos a ir pasito a pasito. Primero ascender y luego soñar.
¿Cuál va a ser su filosofía de trabajo en la capitanía?
Querría que el equipo fuera una piña y conseguir una unión grande. Me encantaría conseguir que a todas las jugadoras les haga ilusión representar a su país en la FedCup. Es una competición preciosa y estoy convencida de que todas querrían soñar con ganar el título. Lo digo por experiencia, ya que perdí una final de la FedCup y voy a terminar mi carrera con la espinita de no haber conseguido ese título. Ojalá lo pueda conseguir como capitana.
¿Piensa que en el tenis femenino español hay materia prima suficiente para garantizar un buen nivel de tenis durante los próximos años?
Por supuesto. España tiene jugadoras impresionantes para garantizar un gran presente. Pero creo sinceramente que hay un futuro muy esperanzador. Estos días he estado en el Campeonato de España por equipos en el Barcino y veo que tenemos un talento tremendo empujando por detrás. Además de los nombres de Paula Badosa, Olga Sáez o Georgina que tienen un ránking similar, hay jugadoras como Cristina Bucsa, Aliona Bolsova o Irene Burillo que tienen mucho talento. También he podido ver en algún torneo a las jugadoras del CAR (Eva Guerrero y Paula Arias) y creo que en 2018 pueden dar un salto importante al igual que algunas más jóvenes como Guio Marystany o Marina Bassols que ya están consiguiendo buenos resultados. ¡Hay mucho futuro!
Finalmente, usted ha recibido el Premio Ciudad de la Raqueta en el apartado Trayectoria Tenis. Sucede así en el palmarés a nombres como Alex Corretja, Albert Costa, Virginia Ruano, Conchita Martínez o Carlos Moyá. ¿Qué supone este reconocimiento?
Recibir un reconocimiento así es muy especial. ¡Y más viendo los nombres de los premiados en años pasados! A veces los jugadores nos pasamos la vida entrenando y jugando y no valoramos nosotros mismos lo que hacemos. Por eso, cuando viene alguien y quiere reconocerte ese trabajo es muy bonito y te emocionas. En este caso el Premio es aún más importante viendo las personas que forman el Jurado y que detrás está el nombre de María de Villota, un ejemplo para todas las mujeres y deportistas. En la Ciudad de la Raqueta siempre he percibido una gran pasión por el tenis y solo puedo dar las gracias por haber reconocido mi carrera profesional.