La reconstrucción del Milán comenzó con una venta astronómica. Después de 31 años en el cargo y de varios episodios deportivos históricos, el controvertido magnate Silvio Berlusconi se desligó del club a cambio de los 750 millones de euros aportados por el consorcio Rossoneri Sport Investment Luxembourg, cuyo hombre fuerte es Yonghong Li. El siguiente paso de los nuevos propietarios ha sido invertir una cantidad cercana a los 200 millones de euros en renovar el vestuario. El último escalón es confiar en que Vincenzo Montella sea capaz de estructurar un equipo capaz de confirmar las buenas esperanzas de los tifosi, ansiosos en ver cómo su Milán recupera su historia perdida durante las últimas temporadas: hace 6 años que no conquistan el Scudetto (su último título data de 2010-2011) y 10 temporadas que no reinan en Europa (desde la 2006-07).
Nuevos aires encaminados a reconstruir una entidad histórica (en diciembre próximo cumplirá 118 años de historia) que tocó fondo esta pasada temporada, cuando sumó su enésimo fracaso deportivo (el consuelo fue su clasificación para Europa) al no conquistar ningún trofeo mayor, puesto que en las últimas seis temporadas, sólo una Supercopa de Italia (2016) fue a parar a las vitrinas de un club acostumbrado a ganar trofeos. El fracaso no se limitó a un ámbito deportivo y el consecuente desapego con sus aficionados, que dejaban cada vez más asientos libres en el mítico San Siro. La gestión económica tampoco estuvo acorde a la historia del club: se acumuló una deuda superior a los 250 millones de euros durante los últimos tres cursos.
Agotado el modelo de Berlusconi, y sin otras vías que explorar para contentar a una enfurecida masa de aficionados, el club estaba abocado a una venta, máxime en los tiempos actuales en los que se encuentra inmerso el fútbol: el poder del dinero de países asiáticos y árabes. Léase casos como el Manchester City, el París Saint Germain o aún más cercano, el caso de sus vecinos, pues el Inter de Milán también ha sido vendido a inversores asiáticos. El nuevo modelo del Milán, en consecuencia, también se basa en el poder del dinero. No ya por ese significativo desembolso de 750 millones de euros dados en el cambio de propiedad, sino en los cerca de 200 millones de euros gastados en renovar las ilusiones deportivas de los aficionados.
Tercera inversión en Europa tras Manchester City y PSG
El club lombardo está siendo el gran animador de un mercado de fichajes al que aún restan algunos días de plazo hasta su cierre. En Italia, el Milán es el club que más dinero ha invertido en confeccionar su proyecto, con 194,50 millones de euros en diez jugadores. La Juventus, el actual denominador del Calcio, ha gastado 142,20 millones de euros, aunque muy compensado con sus ventas, que han ascendido a 122,90 millones de euros; mientras que en Milán sólo se ha vendido por valor de 29,65 millones de euros. A nivel internacional, el club rossonero sólo es superado por los proyectos de Manchester City y París Saint Germain, y eso que el Milán no disputará la Champions League, aunque sí jugará en la Europa League, después de tres años de ausencia.
Para ese regreso a la élite, el Milán ha reforzado su defensa con la contratación más cara del curso, el defensa de la Juventus, Leonardo Bonucci, y por cuya firma se han pagado 42 millones de euros. Detrás del internacional italiano, el club rossonero se ha reforzado con André Silva (38); Andrea Conti (25); Hakan Calhanoglu (22); Mateo Musacchio (18); Ricardo Rodríguez (18); Lucas Biglia (17); Franck Kessié (8, en calidad de cedido, y cuya compra ascendería a 28); Nikola Kalinic (5, en calidad de cedido; pero que si se compra en propiedad valdría alrededor de los 20 millones de euros) y Antonio Donnarumma (1,5), hermano de Gigio Donnarumma, cuya renovación puede considerarse otro factor determinante en la reconstrucción del Milán. Resulta curioso que la mayor inversión se ha concentrado en la defensa (Bonucci, Conti, Musacchio y Rodríguez) y en tres medios centros como Hakan Calhanoglu, Biglia y Kessiè.
A la espera de comprobar qué resultados deportivos se obtienen, el Milán ha comenzado su temporada de manera esperanzadora, con un cómputo de 7 victorias en otros tantos encuentros y con 17 goles a favor por sólo uno en contra; aunque bien es cierto que sus adversarios no pertenecen a la nobleza futbolística: Universitatea Craiova, Shkendija (ambos a doble eliminatoria en la fase de clasificación a la Europa League), Crotone y Cagliari. A estos resultados le ha acompañado una notable evolución futbolística, más atractiva para los aficionados en comparación a temporadas anteriores, como demuestra que se hayan vuelto a registrar entradas superiores a los 65.000 espectadores. Es sólo el comienzo de ese tercer escalón para confirmar, o no, que el Milán, todo un histórico del fútbol europeo, se reconstruye con éxito a base del dinero procedente de China.